¿Deberían los turistas pagar por entrar a Notre Dame?: La polémica propuesta de Francia

Se abre un debate que podría redefinir la relación entre los franceses y su patrimonio, así como el papel de los turistas en la conservación de estos monumentos que son símbolo de su historia.

La ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, ha lanzado una propuesta que ha despertado un debate intenso sobre el acceso y conservación de los monumentos históricos en Francia.

En una reciente entrevista con Dati sugiere que los turistas paguen cinco euros por entrar a la famosa catedral de Notre Dame, un cambio que generaría 75 millones de euros anuales.

Según la ministra, estos fondos permitirían financiar el mantenimiento de otros edificios religiosos en París y en toda Francia. "Notre Dame de París salvaría a todas las iglesias de París y de Francia", señaló Dati, defendiendo que la medida garantizaría la preservación del patrimonio religioso.

La icónica catedral, en reconstrucción tras el devastador incendio de 2019, reabrirá el próximo 7 de diciembre. A pesar de los esfuerzos de reconstrucción, financiados en gran parte por donaciones privadas, la cuestión de la financiación a largo plazo para el mantenimiento de los edificios religiosos sigue sin resolverse.

Sin embargo, la propuesta de Dati choca con una tradición profundamente arraigada en Francia: la entrada gratuita a los templos religiosos. Aunque en otros países europeos es común cobrar por el acceso a monumentos históricos, en Francia estos espacios suelen mantenerse abiertos al público sin costo alguno, siendo Notre Dame uno de los ejemplos más visibles de este enfoque.

Dati también sugiere aplicar tarifas diferenciadas para turistas internacionales, un concepto ya utilizado en algunos sitios de Europa y que, según ella, ayudaría a financiar la renovación del patrimonio nacional sin que el peso recaiga únicamente sobre los ciudadanos franceses. "¿Es normal que un visitante francés pague su entrada al Louvre al mismo precio que un visitante brasileño o chino?", plantea la ministra, quien considera injusto que los contribuyentes franceses financien en exclusiva la preservación de monumentos de interés global.

Lugares emblemáticos en Francia como el Louvre, Versalles o Mont-Saint-Michel, reciben millones de visitantes al año, y la idea de tarifas diferenciadas podría representar una fuente de ingresos sustancial.

En medio de su propuesta, Dati lanzó críticas a la actual alcaldesa de París, Anne Hidalgo, acusándola de falta de interés en proteger el patrimonio de la ciudad.

La propuesta de Dati no es nueva en Europa. En ciudades como Roma o Londres, los visitantes pagan entrada para acceder a lugares como el Coliseo o la Abadía de Westminster. Sin embargo, aplicar un modelo similar en Francia plantea desafíos culturales y éticos. Los templos en el país han sido tradicionalmente accesibles para todos, lo cual ha reforzado la conexión entre los ciudadanos y su patrimonio. La ministra Dati parece dispuesta a romper con esta tradición, argumentando que el cobro por la entrada podría ser un paso crucial para asegurar la supervivencia de los edificios históricos.

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