El oscuro y sorprendente origen de Halloween
¿Qué hay detrás de esta celebración aparentemente inocente que hoy encanta a niños y adultos? Su historia es mucho más antigua y compleja de lo que parece, mezclando tradiciones paganas, religión y una buena dosis de superstición.
Cada 31 de octubre, las calles de muchos países se llenan de personajes inquietantes: brujas, vampiros, fantasmas y monstruos, todos desfilan bajo la luz de la luna en la noche de Halloween, también conocida como la "noche de brujas".
Aunque Halloween es hoy una fiesta popular en Estados Unidos, su origen se remonta a las tierras británicas, específicamente a la antigua festividad celta de Samhain. Celebrada el 1 de noviembre, marcaba el final de la temporada de cosecha y el inicio del invierno.
Los celtas creían que en esa noche, los espíritus de los muertos podían caminar entre los vivos, y para protegerse, encendían hogueras y usaban disfraces para ahuyentar a los fantasmas. Este ritual no era solo una celebración, sino también una forma de enfrentarse al miedo a lo desconocido, un elemento que ha perdurado hasta hoy en Halloween.
La influencia cristiana: de Samhain a "All Hallows' Eve"
Con la expansión del cristianismo, las autoridades religiosas buscaron "cristianizar" las festividades paganas.
En el siglo VIII, el papa Gregorio III cambió la fecha de la celebración de Todos los Santos del 13 de mayo al 1 de noviembre, una decisión que parece haber sido un intento de absorber la popular festividad de Samhain en el calendario cristiano.
El 31 de octubre, víspera de Todos los Santos, pasó a conocerse como "All Hallows' Eve", que eventualmente se transformó en la palabra "Halloween".
¿Cómo llegó Halloween a América?
Durante la Gran Hambruna de Irlanda, entre 1845 y 1849, más de un millón de irlandeses emigraron a Estados Unidos, llevando consigo sus tradiciones.
Entre ellas, Halloween. Los estadounidenses adoptaron la festividad y comenzaron a integrarle elementos propios, como las calabazas talladas, una evolución de la tradición celta de esculpir nabos para ahuyentar a los malos espíritus.
Con el tiempo, la fiesta evolucionó, y tras la Segunda Guerra Mundial, con la mejora económica, el "truco o trato" se popularizó como una actividad para los niños.
De las hogueras a los disfraces modernos
En la época medieval, las hogueras seguían siendo parte central de la celebración. Se encendían no solo para despedir la cosecha, sino también como una forma de protección contra la brujería y las enfermedades.
Pero a medida que la sociedad cambió, lo hicieron las costumbres. Los disfraces, que alguna vez tuvieron un propósito místico, hoy son una forma de diversión. Monstruos, superhéroes y personajes de la cultura pop desfilan en Halloween, reflejando cómo el miedo ha sido transformado en un juego.
¿Por qué Halloween es tan popular hoy?
Halloween ha dejado de ser una simple celebración infantil para convertirse en una de las festividades no religiosas más importantes en Estados Unidos, e incluso ha superado en ventas de dulces a otras fechas clave como San Valentín. Desde los años 2000, Halloween ha sido adoptado por numerosos países, incluidos varios de América Latina, donde cada año gana más adeptos. Pero no todo ha sido diversión. En 1964, un caso alarmante ocurrió en Nueva York cuando Helen Pfeil, una ama de casa, repartió dulces envenenados, un hecho que marcó el inicio de las leyendas urbanas sobre golosinas contaminadas, una preocupación que persiste hasta hoy.
Un festival de miedos y fantasías
Con siglos de evolución, Halloween sigue siendo un puente entre el mundo de los vivos y los muertos, una celebración que permite a las personas burlarse de sus miedos más profundos y disfrutar de una noche donde lo sobrenatural y lo humano se encuentran. Ya sea encendiendo una hoguera, tallando una calabaza o pidiendo dulces, la noche de Halloween nos recuerda que, por un momento, podemos liberar nuestras fantasías y convivir con aquello que nos asusta.
¿Qué tan lejos llegará Halloween?
El fenómeno de Halloween sigue expandiéndose a nivel mundial, y aunque sus raíces están en el paganismo celta y las tradiciones cristianas, su influencia global no parece detenerse. ¿Quién sabe qué nuevas formas tomará en el futuro? Lo que es seguro es que, por una noche al año, el miedo se convierte en motivo de celebración.