El lado oculto del turismo capilar en Turquía: ¡lo que no te cuentan!

La feroz competencia por los mejores precios que incluyen tratamientos médicos, vuelos, alojamiento pero hay que tener cuidado con el low cost.

Turquía ha emergido como una potencia en el turismo sanitario, atrayendo a millones de extranjeros con la promesa de atención médica de primera clase a precios mucho más bajos que en otros países.

En los últimos años, una oleada de personas viaja al país euroasiático no solo para disfrutar de sus atractivos turísticos, sino también para someterse a exámenes médicos y cirugías. Según cifras del Ministerio de Comercio, solo el año pasado 1,5 millones de personas visitaron Turquía con este fin, generando ingresos superiores a los 2.000 millones de euros, una cifra que ha duplicado los números de hace cinco años.

El atractivo principal ha sido, en gran parte, los implantes capilares, que comenzaron captando clientes del mundo árabe y luego expandiéndose rápidamente a Europa, Estados Unidos y Canadá. Pero lo que empezó como una simple solución estética ha evolucionado. A medida que los visitantes internacionales descubren la alta calidad de los tratamientos y el costo reducido, han optado por otras cirugías y tratamientos médicos.

Turquía, conocida por su impresionante mezcla de historia y modernidad, ahora suma un nuevo atractivo: hospitales privados de alta tecnología que no solo ofrecen atención avanzada, sino que también parecen más hoteles de lujo que centros médicos. Y aunque muchos visitantes disfrutan de su experiencia, es importante recordar que el turismo médico en Turquía es un negocio en expansión. La rápida afluencia de pacientes plantea preguntas sobre la sostenibilidad de este crecimiento y la verdadera calidad de los servicios en comparación con los estándares internacionales.

El auge del turismo médico en Turquía es innegable, pero mientras algunos disfrutan de la atención rápida y de bajo costo, es crucial mirar más allá de la fachada de lujo.

Turismo capilar: ¿Una solución a bajo costo o un riesgo oculto?

España encabeza la lista de países con mayor número de hombres calvos en el mundo, lo que ha impulsado un auge en el turismo capilar hacia Turquía. Con precios considerablemente más bajos, Turquía atrae a 500.000 pacientes extranjeros anualmente para someterse a tratamientos de injerto capilar, de los cuales el 10% son españoles.

El trasplante capilar consiste en extraer unidades foliculares de la nuca y los laterales del cuero cabelludo para redistribuirlas en áreas afectadas como las entradas, coronilla o zona central. Este procedimiento es común tanto en hombres como en mujeres, quienes también recurren a este tratamiento para mejorar zonas como la línea del peinado o las sienes.

Sin embargo, algunos expertos advierten sobre los riesgos de optar por clínicas en Turquía, donde la proliferación de centros ha sido impulsada por el gobierno. Si bien el país cuenta con buenos profesionales, la falta de garantías sanitarias comparadas con los estándares europeos plantea serias dudas. El costo reducido es atractivo, pero a menudo no incluye seguimientos presenciales, lo que aumenta los riesgos.

El injerto capilar, que comenzó a popularizarse en la década de 1950, se ha convertido en una cirugía costosa en Europa, superando los 6.000 euros en algunos casos. En Turquía, donde algunas clínicas están subvencionadas con hasta 2.500 euros por intervención, los precios se reducen a la mitad. No obstante, este aparente ahorro puede traducirse en complicaciones posteriores debido a la falta de controles adecuados.

Además, el turismo de cirugía estética ha evolucionado, incluyendo paquetes peligrosos como liftings de glúteos brasileños para mujeres, haciendo del viaje a Turquía una oferta atractiva pero arriesgada.

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