Controversia en Italia por plan para aumentar el impuesto turístico en destinos populares

El gobierno de Giorgia Meloni enfrenta críticas por un plan que busca aumentar significativamente el impuesto turístico en Italia, con el objetivo de regular el flujo de visitantes en destinos sobrecargados.

Italia, un país ampliamente reconocido como uno de los destinos turísticos más importantes a nivel global, se encuentra en el centro de una controversia debido a una propuesta del gobierno liderado por Giorgia Meloni que busca aumentar el impuesto turístico.

Este plan, que podría llevar a duplicar el actual impuesto de cinco euros por noche, podría elevar las tarifas hasta 25 euros para las suites más exclusivas. El propósito de esta medida es no solo aumentar los ingresos fiscales, sino también promover un turismo más consciente y sostenible, especialmente en ciudades que padecen una alta afluencia de visitantes, como Venecia y la Riviera Italiana.

El proyecto, presentado durante el verano, sugiere una estructura escalonada del impuesto basada en el precio de las habitaciones: 10 euros para habitaciones que cuesten 100 euros, 15 euros para aquellas superiores a 400 euros y 25 euros para las suites con un valor de más de 750 euros por noche. Esta propuesta ha generado inquietud en la industria turística, que teme que un incremento tan drástico pueda desalentar a los visitantes, en particular en un país que ya aplica un IVA elevado del 22%.

Líderes del sector turístico, como Marina Lalli de Federturismo y Bernarbo Bocca de Federalberghi, han manifestado su preocupación por el potencial impacto negativo de un aumento significativo del impuesto turístico en Italia. Lalli teme que los altos impuestos puedan alejar a los turistas, mientras que Bocca critica al gobierno por tratar a los hoteles como "cajeros automáticos". A pesar de estas críticas, la ministra de Turismo, Daniela Santanchè, ha intentado desestimar las preocupaciones, calificándolas como "alarmismos infundados", aunque no ha descartado la posibilidad de que el incremento se lleve a cabo.

El turismo masivo en Italia, que atrajo a 57,2 millones de visitantes extranjeros el año pasado, está generando serios desafíos de sostenibilidad. El aumento de multitudes, el ruido y la transformación de comercios locales en tiendas de souvenirs, junto con el encarecimiento de los alquileres debido al auge de alojamientos turísticos, están provocando un creciente malestar entre los residentes. Aunque se han implementado algunas medidas en ciudades como Florencia y Venecia, tales como tarifas para visitantes de un día, los problemas persisten.

La reacción de los turistas ante la posible subida del impuesto es diversa. Algunos, como Fabea Wiegand, estudiante de economía suiza, ven la medida como un intento de "lucrar" y considerarían visitar otros destinos sin tales impuestos. Por otro lado, otros, como Liam Roth, estudiante de informática en Zúrich, apoyan la iniciativa, reconociendo que el turismo masivo es un problema que requiere medidas para mitigar su impacto.

En este contexto, las autoridades locales y los representantes del sector turístico se encuentran en un proceso de consulta con el gobierno para definir el futuro del impuesto turístico. Según fuentes gubernamentales, el aumento del impuesto aún es solo una posibilidad, y no se ha tomado una decisión final.

Este debate resalta la necesidad de que Italia encuentre un equilibrio entre la protección de su rico patrimonio cultural y natural y su atractivo como destino turístico global. Si bien la subida del impuesto podría ser una herramienta para gestionar el flujo masivo de turistas, también representa un desafío considerable para el gobierno y la industria, que deben buscar soluciones que beneficien tanto a los residentes como a los visitantes.


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