Nuevo hallazgo en Pompeya: Un comedor revela frescos excepcionales inspirados en la guerra de Troya
Fresco con la imagen de Helena de Troya y a Paris. Foto: Parque Arqueológico de Pompeya
Las fascinantes ruinas de Pompeya continúan capturando la atención mediática. En esta ocasión, un lujoso comedor se convierte en el centro de atención, ofreciendo insights valiosos sobre el estilo de vida y la mentalidad de los antiguos romanos.
Durante las excavaciones en la zona arqueológica de Pompeya, la antigua ciudad italiana sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., se encontró un impresionante salón de banquetes con elegantes paredes negras adornadas con frescos que representan temas mitológicos relacionados con la guerra de Troya. Este salón, que tiene unas dimensiones aproximadas de 15 metros de largo por 6 metros de ancho, refleja un ambiente refinado ideal para celebrar banquetes y conversaciones.
Pintura de Zeus, transformado en cisne, y la reina Leda. Foto: Parque Arqueológico de Pompeya
En un comunicado emitido recientemente, se destacó el alto nivel de vida que se respira en este espacio, evidenciado por la amplitud del salón, la presencia de frescos y mosaicos del estilo III, así como la calidad artística de las pinturas y la elección de los temas representados.
Los frescos hallados en la ínsula 10 de la Región IX muestran un enfoque en el heroísmo, con representaciones de parejas de héroes y divinidades vinculadas a la guerra de Troya. También se abordan temas como el destino y la capacidad del ser humano para influir en su propio destino.
El excelente estado de conservación de los frescos ha permitido identificar figuras como Helena y Paris, mencionadas en una inscripción griega junto con el nombre 'Alejandro'. Además, en las paredes del salón se puede apreciar la figura de Casandra, la hija de Príamo, en una escena junto a Apolo.
La imagen de Apolo y Casandra, una de las que decoran el comedor negro de Pompeya.
Según los expertos, la presencia frecuente de figuras mitológicas en los frescos de los espacios de convivencia de las casas romanas tenía como objetivo entretener a los invitados y fomentar conversaciones y reflexiones sobre la vida y la existencia humana.