¿Hablas con extraños mientras viajas?Podría cambiar tu vida (o salvar tu día)

Quizás en esa conversación inesperada encuentres una historia que te inspire, un amigo que recordarás o, simplemente, un momento que hará tu viaje inolvidable.

Desde pequeños, muchos crecimos con una regla inflexible: no hables con desconocidos. Una norma que, aunque útil en la infancia, parece quedar obsoleta en la era de los viajes y las conexiones globales. Ahora, interactuar con extraños mientras exploramos el mundo no solo es una forma de enriquecer la experiencia de viaje, sino también una herramienta terapéutica que nos conecta con nuestra humanidad y con las historias fascinantes que nos rodean.

Un estudio realizado por Nicholas Epley y Juliana Schroeder en la Universidad de Chicago reveló que conversar con extraños, incluso en algo tan rutinario como un trayecto en tren, mejora significativamente el estado de ánimo. Los participantes que hablaron con sus compañeros de asiento calificaron su experiencia de manera mucho más positiva que aquellos que optaron por el silencio. Además, los investigadores descubrieron que la mayoría de las personas subestiman lo receptivos que otros pueden ser a una conversación casual.

Viajar: El escenario perfecto para romper el hielo

Los viajes nos brindan múltiples oportunidades para practicar este “arte olvidado” de la conversación con desconocidos. Desde preguntar direcciones a lugareños hasta intercambiar anécdotas con compañeros de tren o avión, cada interacción puede abrir una puerta a nuevas perspectivas y conexiones. Espacios como los hoteles, con sus áreas comunes, o incluso los mercados locales, se convierten en puntos de encuentro donde las barreras culturales y lingüísticas se diluyen.

Federico Fellini, célebre director de cine, creía que el transporte público era un lugar donde la vida real se revelaba sin filtros, una afirmación que aún resuena en la actualidad. Hablar con alguien en un tren o un autobús no solo nos ofrece un vistazo al alma de una ciudad, sino que también humaniza la experiencia del viajero.

Iniciativas que fomentan las conexiones

En Vancouver, el colectivo Hello Yello anima a los ciudadanos a romper con el estigma de “no hables con desconocidos” organizando actividades que promueven encuentros casuales. Por otro lado, Amy Dicketts, creadora del blog Commute, capturaba historias sorprendentes de extraños en el metro londinense. Desde un dramaturgo trabajando con mujeres mayores en proyectos comunitarios hasta un hombre ruso que escapó de la homofobia de su país, estas historias nos recuerdan que cada persona tiene un universo de experiencias por compartir.

Según la psicóloga Marisol Delgado, interactuar con personas fuera de nuestro círculo habitual fortalece nuestra autoestima y nos ayuda a sentirnos conectados con un mundo más amplio. Hablar permite rediseñar nuestros pensamientos, comprendernos mejor y, a veces, encontrar en un extraño la escucha que necesitamos.

La precaución también importa

Sin embargo, no todas las interacciones son inocuas. En la serie La Serpiente, basada en hechos reales, un asesino en Tailandia se aprovechaba de la confianza de los viajeros. Esto nos recuerda que, aunque interactuar con extraños es enriquecedor, mantener ciertas precauciones es esencial, especialmente en culturas o entornos desconocidos.

Hablar con extraños durante un viaje es también una forma de reconciliarnos con la humanidad. En un mundo muchas veces marcado por el egoísmo, estos actos desinteresados de ayuda y amabilidad son un recordatorio de que, en el fondo, la mayoría de las personas están dispuestas a tender una mano amiga.

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