El Síndrome de Stendhal: ¿Realmente contemplar el arte puede causar desmayos y alucinaciones?
Mientras que algunos afirman que el síndrome es un mito, otros creen que es un recordatorio de que la belleza puede ser tanto una bendición como una maldición.
Florencia, la cuna del Renacimiento, es un festín para los sentidos, pero para algunos visitantes, la experiencia puede volverse abrumadora. En la famosa Galería Uffizi, no solo se admiran obras maestras de artistas como Botticelli y Miguel Ángel; algunos turistas pueden enfrentarse a una experiencia más aterradora: el síndrome de Stendhal.
¿Qué es el Síndrome de Stendhal?
Este trastorno psicosomático, que recibe su nombre del célebre escritor francés Stendhal, se manifiesta cuando el espectador es bombardeado por la abrumadora riqueza artística de un lugar. Los síntomas son tan impactantes como alarmantes: mareos, palpitaciones, despersonalización e incluso alucinaciones. En pocas palabras, la belleza puede convertirse en un arma de doble filo.
Stendhal experimentó este fenómeno en 1817, al quedar tan impresionado por la magnificencia de las obras en la Basílica de Santa Croce que sintió que estaba a punto de desmayarse. Sin saberlo, estaba describiendo un fenómeno que años después llevaría su nombre.
Qué dice la ciencia
La psiquiatra italiana Graziella Magherini fue pionera en estudiar este síndrome en 1989, observando a más de 100 turistas en Florencia que presentaban síntomas similares. Muchos de estos viajeros, expectantes y emocionados, fueron presa del pánico y la confusión tras enfrentarse a la inigualable belleza del arte renacentista.
Los síntomas pueden ser devastadores: falta de aliento, desorientación y episodios de alucinaciones. La exposición a un entorno tan denso en arte, historia y cultura puede desatar una respuesta emocional abrumadora que deja a las personas sintiéndose perdidas.
A pesar de su notoriedad, el síndrome de Stendhal no está oficialmente reconocido en los manuales médicos, como el DSM-5. Muchos profesionales debaten si estas reacciones son realmente únicas o si están más relacionadas con el estrés, la fatiga de los viajes o condiciones comunes.
Otros investigadores señalan que factores como la deshidratación y los entornos abarrotados pueden causar reacciones similares.