El ‘Ball Pla de Sant Mateu’: una danza que rompe fronteras y une generaciones

Esta tradición, reconocida como fiesta de Interés Turístico Local, reafirma la identidad de todo un pueblo.

En el corazón de la provincia de Castellón encontramos el municipio de Sant Mateu, un pueblo de más de 1900 habitantes que acoge una de las expresiones culturales más vibrantes y arraigadas de la comarca de la Plana Alta: El Ball Pla de Sant Mateu.

Un símbolo de tradición e identidad que une a todo un pueblo y que además ha sido reconocida con la distinción de Interés Turístico Local.

Castañuelas de madera, el justillo de labradora, las enaguas y las flores a un lado del moño son los elementos fundamentales para llevar a cabo una de las danzas más populares en el pueblo de Sant Mateu cada 20 de agosto. Un día lleno de alegría y emoción que, además de celebrar el día del patrón San Clemente, se da el cohete de inicio a las Fiestas Patronales del pueblo.

El ‘Ball Pla’ es una danza folclórica y tradicional conocida en muchos pueblos de la comarca del Baix Maestrat desde muy entrado el siglo XVI. Reconocida como símbolo de expresión de las creencias religiosas y costumbres populares, este baile ha marcado la vida cotidiana de los habitantes de Sant Mateu hasta hoy en día. Una tradición que ha ido pasando de generación en generación y que se ha visto rodeada y arropada por todo un pueblo.

Este baile se caracteriza por un punteo suave y un deslizamiento sutil hecho con los pies y a poca distancia del suelo. Unos movimientos únicos y singulares que hacen especial esta danza y trasladan a los participantes del acto y los espectadores a los tiempos pasados.

Ese 20 de agosto se bailan dos Ball Pla, a las siete de la tarde lo de los pequeños, y, después de un breve descanso, el de los solteros a las diez de la noche. Según Jaime Besalduch, ex danzador e integrante del grupo de guitarras de la localidad, el día siguiente se celebra el Ball Pla de los casados donde los protagonistas pasan a ser las parejas casadas o emparejadas que, gracias a la experiencia de los años muestran una “soltura diferent” a la de los jóvenes.

Durante esa tarde se reúnen centenares de personas, entre ellos vecinos y vecinas de la localidad, familiares y turistas que se mantienen expectantes al ver los movimientos y la destreza de cada danzador y danzarina al compás de la tradicional obra “El Ball Pla de Sant Mateu”. Música compuesta por el director y compositor Josep Roda e interpretada por la Unión Musical Santa Cecilia de Sant Mateu.

El hecho de que lo interprete la banda del pueblo es porque a finales del siglo XIX, y con la aparición de los instrumentos de banda, los santmatevans se dieron cuenta que estos instrumentos tenían más sonido que el grupo de fábulas y dulzainas que hasta años atrás habían puesto ritmo y melodía al Ball Pla, pero que con el paso del tiempo se quedaron atrás y pasaron a ser los instrumentos de banda los .

A diferencia del resto de los Baill Pla de la comarca, no solo se baila, sino que a la melodía le acompaña una letra representativa del pueblo que se ha ido creando a lo largo de los años. Tal y como canta Besalduch, con aprecio y entonación, “Lo ball pla del meu poble que rebonico que és, cada vegà que el ballo a mi m’agrada més”, una de las estrofas más antiguas y más simbólicas de la letra.

Hay que destacar además que la letra de la canción es un cúmulo de estrofas y pases populares en diferentes lenguas. Las principales sí que están escritas en valenciano pero, según el ex danzador, al venir la castellanización en el pueblo se tuvieron que incorporar algunas estrofas en castellano. Es así como el resultado ha sido una hibridación de lenguas que todo el pueblo canta a coro junto con la música.

Una de las curiosidades de esta tradición es la asignación del danzador y danzarina. Maria Ángeles García, vecina del pueblo y danzarina del Ball Pla durante muchos años, explica que esta tradición “se lleva en la sangre” puesto que desde que la mujer se queda embarazada, la familia ya va pensando quién será el futuro acompañante de la recién llegada o la danzarina del recién llegado.

“L’acompanyant quan eres menut te’l trien els pares, quan eres més gran ja te busques tu els amics”, explica García.

Ese mismo día, antes de salir a bailar, el acompañante suele ir a casa de la danzarina para obsequiarla:

“És curiós que el ballador va a buscar a la balladora a casa i li fa entrega d’un ram de flors i dolços típics”, comenta entre risas Besalduch.

Salir al Ball Pla es una tradición que continúa vigente en el pueblo de Sant Mateu y que muestra una vez más que, acontecimientos como este son testigos vivos de la riqueza y la diversidad del patrimonio cultural valenciano. Más que una tradición, este día se ha convertido en un símbolo de identidad que vecinos y vecinas del municipio muestran con orgullo y sentimiento .

Una práctica compartida que los une por el amor a su tierra y una tradición que consideran casa suya. Tanto y es que Besalduch y García coinciden con que la costumbre de bailar “Lo Ball Pla”, como dicen en Sant Mateu, no tendrá fin puesto que se están encargando de inculcarlo a los más jóvenes para que esta tradición perdure a lo largo de los años.

 

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