Alcalá de Henares: Tras la huella de Cervantes

Al este de la comunidad de Madrid, a unos 30 kilómetros de su capital, se encuentra la ciudad natal de Miguel de Cervantes: Alcalá de Henares.

Gracias al recinto histórico y el rectorado de su universidad, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998.

Es una de las nueve ciudades españolas que la Unesco ha clasificado como únicas.

Por sus calles se pueden observar obras arquitectónicas de la época romana y medieval.

En el Centro de la ciudad, destaca el estilo neomudéjar, cuya característica artística y arquitectónica se desarrolla principalmente en la península ibérica a finales del siglo XIX y principios del XX.

También, se encuentra la torre y el reloj del Palacio Laredo. Es un bien de interés cultural del siglo XIX que alberga el Museo Cisneriano, el cual, está abierto al público y se ofrecen visitas guiadas.

Otra joya arquitectónica, es la Catedral Magistral y Las Bernardas, el convento de clausura más importante de Alcalá.

Es el lugar perfecto no solo para pasear por sus sitios históricos, sino también, para disfrutar a plenitud de un buen café o copa de vino, en alguna de sus concurridas terrazas.

Sus dulces tradicionales son una delicia. Destacan las almendras garrapiñadas y la costrada que es un pastel de merengue, crema y hojaldre.

La Ruta de Cervantes

Para los que les interesa conocer los lugares más emblemáticos relacionados con la vida y obra de Miguel de Cervantes, pueden dar un paseo por su casa natal, convertida actualmente en museo, la iglesia en la que fue bautizado un 9 de octubre de 1547 y, que actualmente se ha convertido en el Centro de Interpretación los Universos de Cervantes. También, se pueden conocer otros edificios relacionados a su familia y publicación de sus obras.

Es una tradición tomarse fotos con las figuras de Don Quijote y Sancho Panza sentados en un banco, ubicadas al frente del Museo Casa Natal de Cervantes.

El ingenioso Cervantes

Miguel de Cervantes Saavedra, nació en Alcalá de Henares el 29 de septiembre de 1547 y falleció en Madrid, posiblemente, el 22 de abril de 1616.

Es considerado el máximo representante de la literatura española. Reconocido en todo el mundo por escribir “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Muchos críticos la han descrito como la primera obra moderna y una de las mejores obras de la literatura universal.

Es la más leída después de la Biblia. Se le conoce también como el Príncipe de los Ingenios.

Esta obra magistral, no sólo ejerció influencia sobre la narrativa europea, sino que también fue decisiva en la consolidación del idioma castellano.

La moraleja central de “Don Quijote de la Mancha”, se basó en las reflexiones de su protagonista sobre los valores humanos, sus virtudes y defectos, sus carencias y afectos reflejados en el amor, la ira, solidaridad, envidia, honor, valentía, libertad, entre otros.

El acervo cultural y sabiduría popular las representó a través de “Sancho Panza”, fiel acompañante de viaje de Don quijote.

Don quijote nos habló de Libertad:

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.”

Nos habló de humildad:

“Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores, porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte, y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio. Innumerables son aquellos que de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad pontificia e imperatoria; y de esta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansarán.”

Nos habló de la vida:

“Unos van por el ancho campo de la ambición soberbia, otros por el de la adulación servil y baja, otros por el de la hipocresía engañosa, y algunos por el de la verdadera religión; pero yo, inclinado de mi estrella, voy por la angosta senda de la caballería andante, por cuyo ejercicio desprecio la hacienda, pero no la honra (…) Mis intenciones siempre las enderezo a buenos fines, que son de hacer bien a todos y mal a ninguno.”

Cada metáfora y reflexión en «Don quijote de la Mancha», sumerge a sus lectores a un mundo sonriente, en donde los obstáculos y desventuras se vencen con virtud y gallardía. En donde los sueños no son imposibles cuando existe la perseverancia.

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